Ciudadanos musulmanes de todo el mundo celebran desde este viernes el Eid al Adha o Fiesta del Sacrificio, la más importante de su calendario y que coincide con el fin del peregrinaje anual a La Meca (Arabia Saudí), lugar de nacimiento del profeta único del islam Mahoma.
Hasta 1.300 millones de personas de este credo están llamadas a un evento que conmemora el capítulo (recogido tanto en el Corán como en la Biblia) en el que Ibrahim (Abraham para los cristianos), confiando en la palabra de Dios, estuvo a punto de sacrificar a su hijo Ismail (Ismael) con un cuchillo.
En su lugar, y en reconocimiento de su fe, Mahoma (o Yahvé) le propuso sacrificar a un cordero, que en la actualidad es, junto a la vaca o el camello, el animal que ofrecido para celebrar la fe de Ibrahim y la magnanimidad y la clemencia de su dios.
El cuerpo, destazado por el oferente o por un matarife contratado por la familia, es dividido en tres partes: una para el autor del sacrificio, una para sus parientes y otra para las personas necesitadas, según la ley islámica.
La celebración está precedida de la oración en las mezquitas y los lugares de culto y se lleva a cabo en comunidades musulmanas de los cinco continentes, desde Malasia, Indonesia u Oriente Medio a África, América y Europa.
Restricciones
Miles de musulamanes celebraron este viernes el rezo y el sacrificio posterior en las carpas habilitadas en ambas ciudadades autónomas, donde el 1 de septiembre se ha declarado festivo.
Sin embargo, la conmemoración se ha desarrollado entre quejas por las restricciones impuestas en la frontera al paso de los corderos necesarios para el sacrificio.
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